Para una gran mayoría de personas, uno de los aspectos más importantes del físico es sin duda la sonrisa, pues dicen que la cara es el espejo del alma. Por ello, lucir unos dientes blancos y perfectos se está convirtiendo en el objetivo de muchos. Sin embargo, para llegar a conseguirlo, en ocasiones recurren a métodos que a menudo dañan el esmalte del diente, como por ejemplo, el carbón activado.
El carbón activado y el esmalte del diente
Actualmente, una de las formas de blanqueamiento dental que se han hecho más famosas y virales por redes sociales es el uso del carbón activado. Pero ¿es este tan efectivo y beneficioso para la salud de nuestros dientes?
Es un elemento muy poroso y oscuro que tiene múltiples usos, la mayoría relacionados con actividades industriales. Partiendo de esta base, resulta evidente que su aplicación para blanquear los dientes puede tener algunos efectos negativos en ellos:
✔️ Erosiona las capas más superficiales del diente. Para conseguir ese efecto blanqueante, el carbón activado elimina buena parte de nuestro esmalte (las capas que adquieren un color amarillento) y deja expuestas las capas que hay debajo. Esto resulta contraproducente, ya que, a la larga, los dientes se irán oscureciendo con más facilidad y quedarán más amarillentos incluso que al principio del tratamiento.
✔️ Como consecuencia de la erosión, las capas menos superficiales quedan a la vista, lo que supone tener unos dientes más débiles y mucho más propensos a deteriorarse. Además, el carbón no es una sustancia antibacteriana, por lo que unido a su efecto erosionador, puede causar infecciones.
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Cómo conseguir una dentadura perfecta y sana
Para empezar, hay que tener claro que el carbón activado, además de tener consecuencias negativas para nuestra dentadura, no se trata de un sustitutivo de la pasta de dientes, aunque tenga un formato similar. Y es que, como hemos comentado, su acción no es antibacteriana, por lo que sigue siendo fundamental el uso de dentífrico.
Asimismo, es necesario recalcar la importancia de una buena higiene bucal: aparte de la pasta de dientes, debemos usar hilo dental, colutorio y cepillos interdentales para completar la limpieza.
Si lo que se quiere es evitar que los dientes adquieran un color más amarillo con el paso del tiempo, hay ciertos alimentos y productos de los que habrá que moderar el consumo en la medida de lo posible, pues tiñen el esmalte y favorecen su oscurecimiento. Entre ellos se encuentra el café, los refrescos carbonatados y los cigarrillos.
Por último, el mejor consejo que podemos dar es acudir a un profesional de la odontología, que no solo cuidará el esmalte del diente, sino que dejará la boca perfecta para sonreír todo el día. No olvides tus revisiones periódicas y acudir a la consulta en caso de tener alguna duda.
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