La hipersensibilidad dentitaria, también conocida como sensibilidad dental, es una dolencia intensa y transitoria, causada por la exposición de la dentina, la parte interna más blanda de nuestros dientes. Esta se encuentra protegida por el esmalte y posee terminaciones nerviosas que ante determinados estímulos externos, bien sea de alimentos o bebidas frías, calientes, ácidas, dulces, o incluso por presión táctil, reaccionan produciendo dolor.
Es una de las causas más comunes de dolor dental, afectando a 1 de cada 3 personas, en una edad comprendida entre los 18 y los 50 años.
Además, en los últimos años, se viene incrementando en los pacientes más jóvenes, debido en parte, por el consumo excesivo de bebidas acidogénicas.
Esta exposición de la dentina, puede deberse a múltiples factores, siendo los más comunes los relacionados con el estilo de vida y los hábitos de higiene bucodental de los pacientes:
- Utilización de productos en la higiene diaria con propiedades demasiado abrasivas para el esmalte dental.
- La retracción en las encías, relacionada con la edad o un cepillado demasiado agresivo.
- Erosiones del esmalte causadas por el consumo habitual de alimentos y/o bebidas con un pH demasiado ácido.
- La fuerza excesiva durante la masticación, el bruxismo o el trauma oclusal.
- Las caries, culpables del deterioro del esmalte que protege la dentina.
- Determinadas patologías: estomacales (úlceras) o psicológicas (anorexia, bulimia).
¿Qué puedes hacer?
Si experimentas sensibilidad dental, es importante que consultes a tu dentista. Él podrá realizar un diagnóstico preciso y recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir:
- Pastas dentales y enjuagues bucales especiales: Diseñados para reducir la sensibilidad.
- Aplicación de flúor: Fortalece el esmalte y reduce la sensibilidad.
- Tratamientos dentales: Para tratar caries, fracturas o recesión gingival.
- Protectores bucales: Para reducir el bruxismo.
Prevención contra la sensibilidad dental
- Cepillado suave: Utiliza un cepillo de cerdas suaves y una técnica de cepillado adecuada.
- Hilo dental: Elimina la placa bacteriana y los restos de comida.
- Visitas regulares al dentista: Para detectar y tratar problemas a tiempo.
- Dieta equilibrada: Reduce el consumo de alimentos y bebidas ácidos y azucarados.
En cuanto al tratamiento, es recomendable ponernos en manos de un experto, el cual podrá diagnosticar el problema, ayudar a minimizar la exposición de la dentina y establecer unas medidas preventivas.
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