El control del biofilm en población infantil: la clave para prevenir la caries desde la infancia

Una guía práctica para padres y profesionales

La salud bucodental comienza en la infancia. Desde los primeros dientes, el control del biofilm —la fina capa de bacterias que se adhiere a las superficies dentales— es fundamental para prevenir la aparición de caries, gingivitis y otras enfermedades orales que pueden acompañar al niño durante toda su vida.
El Consejo General de Dentistas de España ha elaborado una guía ilustrada sobre el control del biofilm en población infantil, que reúne la evidencia científica más actual sobre cómo cuidar la boca de los más pequeños.

La caries infantil: una enfermedad prevenible

La caries es la enfermedad infecciosa más frecuente en los niños. Se estima que afecta a más del 30% de la población infantil española, y su aparición temprana puede tener consecuencias en la alimentación, el sueño y la autoestima de los pequeños.
Además, los estudios muestran que las caries en dientes primarios aumentan el riesgo de caries en los dientes permanentes, por lo que la prevención desde los primeros años es esencial.

La higiene oral adecuada, el uso correcto del flúor y las visitas periódicas al dentista son los pilares para mantener una sonrisa sana desde la infancia.

La importancia del control temprano

El biofilm dental comienza a formarse desde la erupción del primer diente. Si no se elimina correctamente, se convierte en placa bacteriana, responsable principal de la caries y las enfermedades gingivales.

Los estudios longitudinales demuestran que los niños con mayor cantidad de placa en la infancia presentan más riesgo de caries y pérdida de dientes en la edad adulta.
Por eso, instaurar buenos hábitos de higiene oral desde los primeros años —y reforzarlos en la adolescencia— es una inversión en salud futura.

Métodos de control del biofilm

Control mecánico: el cepillado dental

El cepillado debe comenzar desde la erupción del primer diente, utilizando un cepillo infantil de cerdas suaves y pasta fluorada adaptada a la edad.

De 6 meses a 3 años: pasta fluorada con 1.000 ppm, en cantidad equivalente a un grano de arroz.
De 3 a 6 años: la misma concentración (1.000 ppm), en cantidad similar a un guisante.
A partir de 6 años: pastas con 1.450 ppm de flúor.
Los estudios muestran que los cepillos eléctricos con tecnología oscilante-rotatoria reducen más eficazmente la placa que los manuales, incluso en población infantil. Además, su uso mejora la motivación y la autonomía del niño en el cepillado.

Control químico: pastas y colutorios fluorados

El flúor es un aliado esencial para prevenir la caries. Refuerza el esmalte, reduce la desmineralización y favorece la remineralización de las zonas afectadas.
En niños mayores de 6 años, el uso de colutorios fluorados puede ser un excelente complemento, siempre bajo supervisión profesional y evitando su uso en niños que aún puedan tragar el enjuague.

Alimentación y hábitos saludables

La dieta influye directamente en el riesgo de caries. Los azúcares libres y los alimentos pegajosos favorecen el desarrollo del biofilm cariogénico.
Se recomienda:

Limitar el consumo de azúcar y bebidas azucaradas.
Evitar picoteos frecuentes entre horas.
Fomentar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y agua.
Además, es importante no acostar al niño con biberones que contengan leche o zumos, ya que el azúcar permanece en los dientes durante la noche favoreciendo la desmineralización.

Estrategias en clínica dental

El papel del odontopediatra es fundamental en el acompañamiento familiar hacia una correcta salud oral.
Las principales recomendaciones clínicas son:

Visitas al dentista cada 6 meses (o con mayor frecuencia si el riesgo es alto).
Aplicación profesional de flúor y selladores de fisuras.
Refuerzo de la técnica de cepillado con demostraciones prácticas.
Motivación educativa para que el niño asocie la higiene dental a una rutina positiva.

Casos especiales

En niños con discapacidad o dificultades motrices, el control del biofilm puede requerir adaptaciones específicas.
En estos casos, se recomienda:

Uso de cepillos eléctricos o irrigadores dentales.
Supervisión constante de los cuidadores.
Refuerzo en clínica con sesiones de higiene profesional.
El objetivo siempre será lograr la máxima autonomía del niño dentro de sus posibilidades, promoviendo la participación familiar en la rutina diaria.

Conclusión: enseñar salud oral desde la infancia

La prevención es la mejor herramienta para garantizar sonrisas sanas. El control del biofilm no solo evita la caries, sino que educa a los más pequeños en responsabilidad y autocuidado.
Una buena técnica de cepillado, el uso adecuado del flúor y las visitas regulares al dentista son las bases de una salud oral duradera.

En Clínica Tortosa & Montalvo, enseñamos a nuestros pacientes más jóvenes a cuidar su boca desde los primeros años.
A través de programas personalizados de prevención, ayudamos a las familias a crear rutinas de higiene efectivas y duraderas, porque la sonrisa del futuro se construye desde la infancia.

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